viernes, 24 de septiembre de 2010

Y VOS... QUÉ SABÉS?

En democracia se puede elegir y eso no es poca cosa. Sin embargo, ese estado debería aun permitirnos avanzar hacia estadios de mayor perfeccionamiento de la práctica en pro del bien común. De nuevo, se requiere de impulsar con fuerza nuevos paradigmas que modifiquen la actual cultura que encarcela al ejercicio democrático, limitando considerablemente su potencial. Quien elige con conocimiento, elige a su benefactor; quien lo hace sin conocimiento, elige a su verdugo. La democracia permanece vigente en ambos casos, pero los resultados son opuestos. Si el chancho supiera que la abundancia de alimento que le es provista forma parte de la ceremonia para su muerte, no celebraríamos la navidad con carne de cerdo: habría rebelión en la granja. Aún transitamos el estadío del creer en las prácticas eleccionarias y nadie parece preocuparse demasiado en lograr que las creencias sean reemplazadas por saberes. El saber pone límite a la fiesta de unos pocos y carga con responsabilidad (vuelve adulto) al poseedor del conocimiento. Quizá por eso ninguna de las partes se esfuerza demasiado...